El infinito microverso de Santiago Valenzuela

A priori no es el tipo de tebeo que suelo leer, pero que una vez le he dado la oportunidad me he dado cuenta de que en esencia es un tebeo puramente underground y de autor.

Contiene elementos que me echaban para atrás: Una serie de referencias a la cultura más pop, que particularmente no es algo que me suele gustar, pero que aquí se usan más como divertimiento de la misma que como algo referencial, y tiene todo el sentido una vez leído el origen de este extraño mundo en miniatura.

También es una obra con mucho texto, pero con una frescura que atrapa desde el primer bocadillo, sorprende que hayan sido escritos hace más de 20 años, mezclando la mala leche y el surrealismo más absurdo.

Me encanta poder equivocarme con esto de los comics y poder descubrir obras que me atrapen, es lo bonito de este medio.

Todo comenzó en un sótano madrileño

Esta particular historia nos muestra desde el inicio una parodia de nuestro mundo, pues todo se crea en un sótano de la mano de José Hilario Viñereido.

Involuntariamente, ejerce el papel de un Dios cruel y celoso de su creación, que vuelven a representar la tragedia del Edén pero con salero. Esto irrita enormemente a nuestro funcionario antes orgulloso creador de la misma, hasta tal punto que decide abandonarla a su suerte.

Mientras vemos como se va apagando su insulsa existencia, también somos testigos de como va evolucionando la improbable sociedad en miniatura, valiéndose de los trastos viejos que han ido encontrando por ahí y tomándolos como si fuesen mágicos e incluso de origen divino, desde unos pedales de bicicleta hasta una manguera que llena sus ríos y lagos.

Santiago combina de forma muy original y personal el tebeo de aventuras con el surrealismo desde la perspectiva más alternativa y macarra. Es lo que me ha animado a darle una oportunidad para descubrir su cosmos.

Está estructurado de tal forma que te invita a averiguar, junto con nuestro protagonista, todo lo posible acerca del origen de esa maqueta del mundo y de cómo ha podido acabar en él.

Quiero volver al Bar Denver

Sabemos que el capitán Torrezno tenía una vida antes de verse arrastrado al Microverso, pues a través de una serie de sueños extraños/pesadillas se le ve junto a José y otros parroquianos en su añorado bar. En estos dos primeros volúmenes no nos dan muchos detalles sobre su vida, pues se centran más en explorar el lugar y la guerra irracional en la que se encuentra metido por 2 bandos igualmente disparatados y divertidos.

Por un lado, tenemos a los iconoclastas, que son descritos como unos bárbaros crueles y sangrientos que arrasan poblados a su implacable paso. Están gobernados por un férreo Khan, que solo aparece mencionado, pero el grueso de la batalla lo lleva el Shogun Hideyoshi, el cual tiene un extraño casco como si hubiese batallado en las galaxias.

Los idolatras, como su propio nombre indica, son los fanáticos religiosos del sitio. Para ellos todo tiene origen divino, no existe la explicación científica o mecánica del funcionamiento de su tecnología, lo cual hace que nuestro protagonista, con sus conocimientos por haber hecho un curso por correspondencia de electricista y antenista, vaya subiendo peldaños dentro del propio bando, llegando a ser capitán de la tropa.

La Iglesia del Filamento Roto son los que gobiernan una de las ciudades más prósperas que existe, la única con luz, llamada Deeneim, y hace que, como no, cree enemistades con otra facción secreta como es la orden de los Medicci. Son formas diferentes e igualmente interesantes de ver la religión.

Torrezno es un participante activo que se deja llevar por los hechos en los que se ve empujado y que al ser parte del mundo real le provee conocimientos racionales a los que otros pueden llamar providencia divina. Todo por haber recuperado un billete de 100 pelas.

Una vez estás metido en la historia, esa macedonia de conceptos locos e inverosímiles van cogiendo realismo gracias a la inmersión que nos dan los propios textos explicativos y la seguridad con la que lo cuentan los lugareños, unida a la mala baba del prota, también ayuda a dar coherencia al conjunto el realismo del dibujo.

Dibujo absurdamente realista

Como he comentado, si Santiago hubiera optado por un grafismo mucho menos figurativo y más expresivo, la historia habría sido otra desde luego, pero quizás no hubiese sido tan verosímil pese al extraño mix que hay en ella.

Arquitecturas imposibles, edificaciones basadas en muebles cotidianos, personajes paródicos; pero todo está tratado con un nivel de detalle asombroso, con lo que gana en inmersión y en no querer salir de este cosmos de bolsillo, gracias además al uso de fotografías dentro de la propia viñeta. Experimenta y juega con el propio proceso gráfico al prescindir, en el tomo 2, de la fase de entintado y conseguir un lápiz acabado y limpio final.

Es todo un acierto la elección gráfica de haber optado por el blanco y negro, ya que emula a un grabado antiguo que narra las gestas del héroe clásico, valiente y firme. Este, por desgracia, no es el caso, ¡qué aburrido sería sino!

El héroe que merecemos desde hace más de 20 años

Es una obra que se lleva gestando desde hace mucho tiempo, antes de que saliera su primer álbum en 2001. Una historia infinita e inabarcable, paradógicamente para este universo mini, que durante 11 tomos Santiago solo ha podido rascar la superficie.

Esta valiente y arriesgada propuesta le ha valido en 2011 haber ganado el Premio Nacional de Comic por Plaza Elíptica. Siempre es de agradecer que autores apuesten por contar las historias que quieren, pese a lo ambicioso y descabellado que suene ese proyecto. Por lo que me he podido informar, es un cosmos tan estructurado y asentado que podría ser contado ad eternum, algo que podría achantar a cualquier autor. Me alegra saber que no sea el caso de Santiago Valenzuela y deseando ver lo que nos depara en futuras entregas…

La editorial Ponent Mon fue la primera que apostó por editar esta obra desde el comienzo, con el primer ciclo de 6 álbumes hasta el 2006, dando un parón para priorizar otras obras, que dura hasta 2010, publicando el ya mencionado álbum premiado. A partir de 2012, Panini empieza a publicarla, dando pie, además, a nuevos tomos de la saga, llegando al tomo 10 en 2018, por lo que una nueva reedición y su continuación es de celebrar.

Este año Astiberri ha decidido publicar el primer integral, que se compone de los 2 primeros álbumes de la serie, Horizontes lejanos y Escala real, que incluye extras como son bocetos del proceso creativo y diseños de personajes, un prólogo, así como cubiertas y contracubiertas hechas ex profeso. Además de lanzar Anamnesis, el nuevo volumen de la serie para aquellos que han seguido la serie desde el principio.

Todo el plan de publicación de la saga ha sido detallado en la siguiente nota de prensa:

Tanto esta primera entrega como la novedad Las aventuras del Capitán Torrezno, volumen 7, Anamnesis, estarán disponibles ambas a la vez en librerías, y tendrán continuidad con los volúmenes 2 (Limbo sin fin y Extramuros, con una edición prevista para enero de 2024), 3 (Capital de provincias del dolor y Los años oscuros, mayo de 2024), 4 (Plaza Elíptica, ganadora del Premio Nacional del Cómic 2011, y La estrella de la mañana, septiembre de 2024), 5 (Babel, enero de 2025) y 6 (La última curda, mayo de 2025).

Plan editorial de Astiberri, 2023.

Yo desde luego estoy deseando leer lo próximo de este protagonista descacharrante y castizo cuyo nombre es igual de apetecible que sus gestas involuntarias

Edición

Las aventuras del Capitán Torrezno, Vol. 1. 2023. Rústica. 21 x 29,7 cm. 296 páginas. Blanco y negro con extras a color. 30 euros. Astiberri.