Sobrevivir no es una opción, es una obligación, y en este barrio no quedará otra que apoyarse entre vecinos y amigos para salir adelante

Union Town es un barrio cualquiera de una ciudad cualquiera, en el que conviven todo tipo de personas, una zona de esas que debes andar con cuidado o conocer a algún vecino para pasear o vivir sin problemas, y ese es el caso de los inquilinos de un edificio de la calle Milton.

Allí viven desde hace años varios vecinos, cada uno con sus propias vidas, pero siempre dispuestos a ayudarse entre todos, y es aquí donde entra Sam, el protagonista de esta historia, un superviviente más dentro de esta jungla que es la vida. Dibujante frustrado y trabajando en un videoclub para poder pagar las facturas, su vida pasa más o menos tranquila hasta que se encuentra con Edwin, un niño que también busca su sitio.

Recibiendo dos noticias, una mala y otra buena, Sam, gracias a su amigo Thom, conseguirá un trabajo como ilustrador, debiendo decorar la nueva cafetería con algunas de sus nuevas creaciones, para así poder salir adelante con más solvencia y menos preocupaciones, al menos durante un tiempo. Sufriendo una crisis de inspiración, recayendo en el consumo de sustancias y discutiendo con su Ed, todo su mundo se desmoronará.

Al poco comenzarán las obras de demolición del edificio, las manifestaciones comenzarán a proliferar, unido a peleas entre la policía y los trabajadores de la obra, y los intentos de reconciliación por parte de Sam, hará que comience una nueva oportunidad en su vida, explotando su talento creativo y volviendo a disfrutar con lo que más le gusta, pintar.

Haciendo la inauguración en su cafetería de los cuadros de Sam, Étienne conseguirá volver a reunir a todos aquellos vecinos que fueron amigos, incluida la visita sorpresa de Ed, recordando viejos y buenos, cerrando heridas y abriendo una nueva puerta a un futuro próspero para el vecindario.

OPINIÓN

Como autora total está Caroline Breault, más conocida como CAB, siendo esta su primera obra publicada aquí, pero conocida por la maravillosa Hiver Nucléaire, nos trae una historia costumbrista, con toques de drama, pero sin caer en el exceso, jugando muy bien la baza del contexto situacional para presentarnos unos personajes supervivientes, en un entorno difícil y complicado, reflejo la vida misma, narrada por capítulos, que nos va mostrando la evolución del protagonista. Siendo casi una obra coral, cada personaje es presentado con sus diferentes facetas, muy bien desarrolladas, conociéndolos a todos a medida que sigue la obra. Unos diálogos actuales, cercanos y reconocibles para todas las situaciones de la historia.

En el dibujo, con un estilo muy de dibujo animado y como la propia autora reconoce, influenciada por Matt Groening o Jamie Hewlett, es detallado hasta el extremo, fijándonos hasta en el más mínimo detalle de cada viñeta, ya sean rasgos faciales, edificios o interiores. De trazo grueso, definido y claro, maneja muy bien las expresiones, siendo su punto más fuerte, con una narrativa que juega la baza del reparto de viñetas por página, mezclando splash-pages con las de 7-8 paneles, aprovechando los espacios para utilizar todos los planos posibles. Por poner una pega, en algunas viñetas deja el fondo en blanco, descolocando un poco a los personajes.

En definitiva, una obra que ha pasado a formar parte de mi comicteca de mejores lecturas, no solo de lo que va de año, sino de todo lo que he leido, y es mucho. Una historia que trae recuerdos a nuestra mente, dentro del contexto de la obra, pudiendo vernos identificados en algún momento de la obra, un dibujo que le va perfecto a la trama, con ese estilo cartoon que tanto me gusta y unos personajes definidos, que crecen a medida que avanzamos, pudiendo empatizar con ellos, completando una obra de esas que dejan alguna huella una vez la terminemos.

EDICIÓN

Publica Ediciones La Cúpula de la edición original de Front Froid, Utown. Publicada en formato novela gráfica, Rústica con Solapas a un tamaño de 16,3x22cms, en Blanco y Negro con 228pags y un precio de 22,50€

Os dejamos una curiosidad, las guardas y solapas también forman una ilustración: