CHARTWELL MANOR

Retrato de cómo puede dejar marcas imborrables una infancia difícil

Comenzamos con un prólogo del propio autor de cómo le ha servido esta obra, 50 años preparándose, para exorcizar los demonios internos vividos en aquel lugar durante su infancia, con 13 años. Conoceremos el internado Chartwell Manor con sus reglas y a su propietario/director Terence Michael Lynch. Glenn conocerá a sus compañeros de séptimo curso y al resto de internos, junto a su habitación, poco recomendables ambas cosas. Avanzamos y descubrimos más de aquel sitio, intuyendo algo que, tarde o temprano, va a pasar, y en una de las charlas del Sr. Lynch para amonestar a Glenn, ocurre un acercamiento íntimo, dejando a nuestro protagonista perplejo.

Pasan los días y hace amigos que le cuentan sus situaciones y vivencias que sufren, descubre más insinuaciones del director, volviéndose cada vez más rebelde, esquivando por no ser castigado yendo al despacho y encontrarse a solas con el Sr. Lynch.

Saltamos en el tiempo y ahora con 17 años, Glenn ha cambiado tanto de vida como de forma de ser y estilo de vida, más rebelde aun, solo piensa en dibujar y en chicas, que sumado a discusiones en casa y un jugueteo con las drogas intentando olvidar algunos recuerdos, lo único que conseguirá es una adicción y acrecentar ese dolor de una huella marcada tan profunda.

Estamos en 1988, un Glenn adulto y a punto de cumplir los 30, vive en un cuartucho en Brooklyn, rodeado de basura y cascos de cerveza, sin oficio ni beneficio, sacando algo de dinero como mensajero y recordando como llegó hasta ahí, perdido en la vida, medio alcohólico y con el miedo de haber podido contraer el Sida, enfermedad en pleno apogeo. Entre reuniones de Alcohólicos Anónimos, visitas familiares no muy satisfactorias, echarse novia, sin durarle demasiado, incluso recibiendo la llamada de un antiguo compañero de Chartwell, lo único que consigue darle algo de satisfacción es hacer alguna ilustración para el Wall Street Journal.

Pasan los años y Glenn decide retomar su pasado en Chartwell, poniéndose al día de todo lo ocurrido posteriormente, encuentra denuncias y juicios que acaban con el Sr. Lynch entre rejas por abusos sexuales y haber arruinado la vida de muchos jóvenes durante años, sintiendo parte de alivio, pero manteniendo esa rabia contenida durante años.

2001 y Glenn está trabajando en lo que le gusta, habiendo conseguido su meta, trabajar de ilustrador en diferentes medios, acomodado, casado y a la espera de un bebé, sigue con sus reuniones comunitarias, esta vez de Adictos al Sexo. La vida rutinaria continua, siempre en la dirección contraria en la que él querría.

Para cerrar el tomo, nos da un ejercicio de catarsis sobre la nostalgia y los recuerdos, no muy favorable y positiva pero acertada y cargada de razón.

AUTORES

Tenemos como autor completo a Glenn Head, realizando un trabajo autobiográfico duro y de cómo le marcó aquel paso por la institución Chartwell. Confesiones directas, sin tapujos, pero con un ritmo fluido, consigue darnos esos toques interesantes para que queramos seguir sabiendo y conociendo más sobre él, su vida y situaciones en un mundo sórdido, rodeado de sexo y drogas.

En el apartado gráfico, con un trazo grueso, deudor de ese estilo underground mezclando realismo y caricatura, plasma perfectamente toda la ambientación malsana que hay alrededor del personaje, diseños de página y narrativos que cambian y mezcla continuamente, con un juego de perspectivas que exploran cada rincón de las viñetas, metiéndonos profundamente en la lectura. Plagado de fondos, nos muestra la vida, tanto propia como de la ciudad, cada uno con un detalle concreto y específico.

EDICIÓN

Publica La Cúpula de la edición original de Fantagraphics, Chartwell Manor en formato Rústica con solapas a un tamaño de 17,3×23,7cms, a Blanco y Negro con 252pags y a un precio de 28,90€

Aquí os dejamos un vídeo sobre el propietario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *