La Antivida amenaza a toda la realidad con apoderarse de ella y destruirla, la única manera de detener sus planes será con la reunión de los seres más poderosos del planeta liderados por su mayor enemigo, y lo peor de todo es que ninguno de estos será el problema más complejo para los héroes en su intento de evitar la total aniquilación cósmica

Después de Crisis en Tierras Infinitas, la ficcional realidad de DC Comics enfrentaba nuevamente a la Antivida, un ser de pura energía negativa que solo desea apropiarse de la realidad para destruirla enviándole sus esbirros. Y como tantas páginas antes y muchas más después, esta amenaza únicamente puede ser resuelta por la reunión de los superhéroes más poderosos del momento, pero esta vez, con una diferencia… serán dirigidos por el villano más grande del Universo.

Antes de que expirara quizás la década más brillante del cómic mainstream de superhéroes, después de la muerte de los mundos, las constantes invasiones venidas más allá de las estrellas o el abrupto ataque de unos guardianes renegados; llega una miniserie de cuatro números escrita por uno de los consagrados maestros en el desarrollo de las sagas cósmicas e ilustrada por el maravilloso y expresivo arte de una promesa del mundo del Cómic; sus nombres son Jim Starlin y Mike Mignola que nos cuentas los extraordinarios hechos que ocurren en esta «Odisea Cósmica«.

«Pensé que redescubrir este secreto perdido respondería a todas mis plegarias.

Ya no volvería a estar limitado a gobernar un solo mundo. Todo lo que se extiende bajo las estrellas sería mío.

Pero los descubrimientos de Metrón, que he escrutado a lo largo de la última semana, han dado al traste con ese sueño, ahora me enfrento a una amenaza que supera mi poder.

Por primera vez en siglos, Darkseid el intrigante, necesita ayuda.»

Odisea Cósmica

ALGO DE HISTORIA

Corría 1989, las macrosagas de «La Casa de Superman» habían cosechado el éxito hace años. Después de la reordenación editorial de Crisis; Legends, Millenium e Invasión hacían salir a olvidados personajes de los archivos de la editorial para ver cuanto los recordaban sus lectores y saber si era posible que volvieran a la luz con una nueva colección que tuviese su nombre como cabecera de título.

Legends de 1986, trajo de vuelta a la nueva continuidad la teogonía más famosa creada por Jack Kirby: El Cuarto Mundo, volvían los tubos de luz, las cajas madre y un sistema solar que se sustentaba en el delicado equilibrio entre la Atenas y Esparta de más allá de las estrellas, Nueva Génesis y Apokolips, planetas habitados por poderosos héroes y villanos. Esta vez ilustrados por los lápices de John Byrne, uno de esos autores que creció leyendo a Kirby y se volvió su fan, y que la extenderá más allá en sus páginas como guionista de la colección de Superman en la saga «Superman: Campeón de Apokolips«.

Algún otro día tenemos que seguir hablando de Legends, pero volvamos a 1989, ya que es el momento de que otro creador de grandes sagas de ficción cósmica y superhéroes guionice a los dioses de El Cuarto Mundo, Jim Starlin, quien un año antes había reunido a la JLA con un ser de pura energía, que adoptaba el cuerpo de un padre recién fallecido para la última despedida con su hijo después de su muerte, mientras intenta evitar la destrucción de este universo por un ser extradimensional en una miniserie de cuatro números que mezclan la fantasía cósmica y un existencialismo melancólico titulada «El Extraño» con los dibujos de Bernie Wrightson.

También en febrero de 1989, aparecía el Elseworlds (de hecho el primer «Otros Mundos») con guiños de época Victoriana «Gotham: Luz de Gas» por los guiones de Brian Augustyn con el «europeo» estilo de ilustración de Mike Mignola. Y a finales de ese año, llegaba el momento en que esa ilustración con aires europeos se sumara a un guion existencialista, tras los pasos de Jack Kirby en esta «Odisea Cósmica» por Starlin y Mignola.

ARGUMENTO

La primera página ya nos pone en contexto, un tubo de luz o boom tube cae sobre el corazón de Gotham, del que emerge (como casi siempre) una legión de parademonios que intenta nuevamente invadir la Tierra, y que su lord Darkseid domine a los metahumanos que la habitan, un par de viñetas más allá, esos mismos metahumanos rechazan eficazmente la intentona de invasión, salvo por lo que pasa en una esquina de la ciudad donde se esconde la angustiada figura de un parademonio que se pregunta por su futuro después que sus compañeros abandonan el planeta y lo olviden, en este guiño pulp de guion.

Mientras, a muchísima distancia, otro tubo de luz hace aparecer sobre la superficie de un planeta yermo al dios del conocimiento Metrón, que montado en su clásica silla parece haber sufrido una lobotomía, frente a él Darkseid quien escruta su insondable mente en busca de un secreto, la Antivida. Con espanto, descubrirá que la Antivida es un ser de conciencia que quiere adueñarse de su antítesis, la vida y para esto envía emisarios a cuatro planetas distintos del universo. Para detenerlos, el Lord de Apokolips deberá convencer a los superhéroes más poderosos de la Tierra de que obedezcan su plan y que entre ellos puedan formar equipos, lo que parece aún más complejo.

De aquí en adelante, se forman duplas de asalto para buscar resolver «in situ» las preguntas que sugieren los enviados de la Antivida, en este punto empieza a brillar el desarrollo psicológico que hace de sus personajes Jim Starlin, jugando muy bien con las ilustraciones de Mike Mignola. Por oposición de personalidades, se va desplegando el entretenido argumento de esta fantasía espacial para salvar la realidad.

AUTORES

Jim Starlin, creador de Thanos en el «The Invincible Iron Man #55» de febrero de 1973 y Dreadstar para Epic Comics en 1982, es un escritor que mira al espacio profundo, especulando cómo serán aquellos seres que viven más allá de las estrellas y lo vuelve a expresar claramente en «Odisea Cósmica», donde se pregunta además ¿Qué pasa cuando personalidades tan diversas tienen que trabajar en equipo? ¿Cuáles serian los resultados?.

Con ese aire existencialista que termina de manera reflexiva cada vez que se leen alguna de sus obras más complejas, Starlin mezcla con lisergia, la muerte, el fracaso y la ilusión de que la inmensidad del universo está al alcance de la mano, habitada por seres que tienen nuestras mismas inquietudes vitales. Volvemos a ver estas líneas en Odisea Cósmica que, además, no aspira a ser alguna de las macrosagas ya arriba mencionadas y habituales en su tiempo, sino más bien una miniserie crossover limitada tanto en el número de sus personajes como en la extensión de su relato, lo que ayuda al guionista a darle aún más fuerza a su idea.

En la ilustración, Mike Mignola, con una propuesta artística que sale del canon norteamericano de esos años y lo acerca a los grandes ilustradores de álbum europeo. Su trabajo con la luz y sombra, las incongruencias anatómicas de sus personajes hasta llegar a la tridimensionalidad en algunas de sus viñetas, a lo que suman las tintas de Carlos Garzón y los colores de Steve Oliff, es otra de las características que hacen recomendable la lectura de Odisea Cósmica.

PARA TERMINAR

Más de treinta años después de su publicación, te recomendamos esta miniserie, que aunque no fue la saga que más superhéroes reconocibles tuvo por viñeta, ni tampoco la más extensa de la década en que se publicó, ni mucho menos la que más cambios “tectónicos” produjo, sí fue simplemente una sencilla fantasía cósmica existencialista de superhéroes con un dibujo maravilloso, que logra ser entretenida y envejecer muy bien a pesar del tiempo, recomendable para el lector de cualquier momento.

FORMATO

«Odisea Cósmica«; edición original: Cosmic Odyssey núms. 1 al 4 USA; fecha de publicación, mayo de 2015; Cartoné, 208 pp. a color. por Ecc Cómics.

Os dejó la video reseña, y espero veros a la próxima.