Ahora que está de moda el estreno de la nueva película de Predator, os dejo la anécdota que tuve al pedir la dedicatoria a este gran autor
Poniéndonos un poco en contexto, corría el año 2001 y ya estábamos dentro de las grandes operaciones basadas en el mundo del tebeo, aunque le cambiaron el nombre a Hobbyland 2001, IV Salón del Cómic y Ciencia-Ficción, junto con ExpoGames, Salón de Estrategia, Rol y Videojuegos.
La creación del cartel cayó en las geniales manos de Mauro Entrialgo, autor curioso donde los haya, el lugar elegido fue la Estación de Delicias, me reservo la opinión sobre el lugar, pero fue cuanto menos… diferente y la elección de autores, que aunque de calidad, fueron escasos, imagino que por las posibilidades algo limitadas.
Contaríamos con la presencia de autores patrios como Alfonso Azpiri, Cels Piñol o Ramón F. Bach y en el apartado internacional, un John Cassaday todavía desconocido, Eddie Campbell que lo petaba con From Hell y aprovecharon el estreno de la peli para montar una exposición, François Bucq y el autor que nos ocupa Chris Warner.
Autor de sobra conocido, aquí tuvimos la oportunidad de asaltarle, era lo bueno de estos salones pasados, podías cruzarte con cualquier artista invitado en cualquier momento y cualquier parte, para pedirle una dedicatoria y aprovechar para tener algo de conversación. Cuál fue nuestra sorpresa cuando nos ofreció meternos en un vagón de los trenes allí parados y estar más tranquilos, sin tendencia sexual… creemos.
Pudimos preguntarle por su gusto en las licencias fílmicas, confesándonos que se lo pasaba muy bien dibujando al personaje, le gustaba mucho el estilo y diseño, pero que le hubiese gustado que le dejasen ser algo más «salvaje» en algunas escenas. También comentamos sobre las películas y algo más sobre el mercado del tebeo, hasta que apareció su, imaginamos manager, y con cara de agobiado le instó a que saliese que tenían que marcharse. Nos despedimos muy amablemente hasta otro momento, que jamás llegó.
