Un duro reflejo de una generación perdida y frustrada, pero con ganas de superarse

Yûta acaba de cumplir 12 años, y como regalo de aniversario, sus padres le regalan un smartphone, cosa que le hace muy feliz, ya que es un apasionado de grabar cosas, aunque ese momento también esconde una propuesta siniestra, su madre, enferma terminal, le propone que la grabe hasta el día de su muerte. Cosa que acepta, aunque todo eso le parece demasiado extraño.

Grabando los momentos cotidianos del día a día de sus padres, preparando la comida, paseando o mirando la televisión, también algún momento difícil, como ver a su padre llorando o el ingreso hospitalario de su madre. Llegado el momento final, Yûta se siente incapaz de grabar ese momento, inventándose un final de lo más fantástico. Esto hace que sus compañeros de clase y los asistentes a la proyección de su grabación en la escuela, le critiquen de forma extrema, haciéndole pensar en quitarse la vida.

Cosa que intentará, hasta que aparece Eri, una compañera de clase que logra convencerle, no solo de desistir en el intento de suicidio, sino en que debe hacer otra película para demostrar a sus compañeros que es un buen director de cine. A partir de aquí comenzará un viaje de autoconocimiento, de compartir momentos junto a Eri, forjando una amistad y empezando el rodaje de su nueva película, mezclando ficción, Eri aquí es una vampira que va a morir, y realidad, grabando los momentos que pasan juntos, hasta que de repente, Eri se desmaya y es ingresada en un hospital.

Yûta vuelve a recibir malas noticias, ya que su amiga sufre una enfermedad terminal y morirá en poco tiempo. Consiguiendo, esta vez sí, grabarla hasta el fin de sus días y el halago de sus compañeros. Pero como suele decirse, las malas noticias nunca vienen solas, pasados unos años, Yûta y su familia sufrirá un accidente, cosa que hará que nuevamente tome la decisión de quitarse la vida, volviendo al lugar especial donde él y Eri pasaron más momentos, no sin antes llevarse una sorpresa a la que no tendrá respuesta y le dejará un sabor agridulce.

OPINIÓN

Tenemos como autor completo a Tatsuki Fujimoto, conocido por obras como Chainsaw Man o Fire Punch, nos presenta un relato difícil y extraño, con toques de realidad en las costumbres de ese Japón diferente hacia el significado de la muerte. Oculta bajo esa capa de lazo familiar, se halla una crítica, o varias, a los estamentos familiares o a la fiereza en los colegios, por parte de profesores o alumnos, todo ello narrado con un timing perfecto y adecuado para cada situación. Obra coral que juega con nuestros sentimientos y aprovecha los giros de guion para sorprendernos.

En el dibujo, de corte realista, sabe mezclar perfectamente las escenas “reales” con las recreadas como grabación del móvil, mostrando lo que vemos a través de la pantalla, aunque al principio parece que la edición está defectuosa y cueste entrar en la obra, al final se integra perfectamente a la lectura. Dibujo algo estático, pero que se dinamiza cuando nos muestra lo que se graba, o los momentos personales, destacando el manejo de expresiones faciales, en la que refleja lo que sienten o por lo que están pasando los personajes. Por poner una pega, abusa demasiado de los planos medios, haciendo de ello una constante, llegando a saturar el visionado de páginas.

En definitiva, una obra que merece mucho la pena, que refleja esa sociedad japonesa tan diferente, pero que nos genera tanta curiosidad y aprovechando el formato “de móvil”, como cuando se pusieron de moda las películas rodadas tipo documental real, da ese punto de vista diferente, haciéndola original, todo ello unido a unos giros argumentales curiosos, consigue que pensemos en ella unja vez finalizada.

EDICIÓN

Publica Norma Editorial de la edición original de Shueisha Inc., Sayonara Eri. Formato Tankõbon con Solapas a un tamaño de 11,5×17,5cms, en Blanco y Negro con 208pags y un precio de 9€